Según el lexicón de la Real Academia Española (DRAE) “colombroño”, significa “tocayo”, que a su vez se encuentra definido como sigue: “Respecto de una persona, otra que tiene su mismo nombre.”
Colombroño (de cognomen) no es más que la dicción envuelta de co- ‘con’, más nombr- ‘nombre’, y la terminación adjetival -oño, del latín -onius; o sea el ‘connombrado’, ‘nombrado', o llamado con el mismo apelativo.
Tocayo y colombroño son para el nombre (pre nombre), no se conoce término para denominar la coincidencia de apellidos entre dos personas. En la “audiencia del siglo” el siniestro ex asesor Vladimiro Montesinos, muy “dilectamente”, intentó (o pujó) ilustrar a un vergonzante defensor del interés público utilizando aquel término en desuso frente a un achicado fiscal huérfano de botellitas de agua de azahar, que sintió que las leguleyadas conferenciadas por su entrevistado lo trasladaban en patineta por toda la sede de la DIROES encontrándola regada con demasiadas cáscaras de plátano, puñales a Guillén, salames de San Román, enfermeras presidenciales y burlas a un pueblo que cerca estuvieron del besito volado entre contratante y contratado que no cesaba de masturbarse lanzando barro con ventilador a jueces y fiscales para luego escudarse en el derecho al silencio.
Colombroño (de cognomen) no es más que la dicción envuelta de co- ‘con’, más nombr- ‘nombre’, y la terminación adjetival -oño, del latín -onius; o sea el ‘connombrado’, ‘nombrado', o llamado con el mismo apelativo.
Tocayo y colombroño son para el nombre (pre nombre), no se conoce término para denominar la coincidencia de apellidos entre dos personas. En la “audiencia del siglo” el siniestro ex asesor Vladimiro Montesinos, muy “dilectamente”, intentó (o pujó) ilustrar a un vergonzante defensor del interés público utilizando aquel término en desuso frente a un achicado fiscal huérfano de botellitas de agua de azahar, que sintió que las leguleyadas conferenciadas por su entrevistado lo trasladaban en patineta por toda la sede de la DIROES encontrándola regada con demasiadas cáscaras de plátano, puñales a Guillén, salames de San Román, enfermeras presidenciales y burlas a un pueblo que cerca estuvieron del besito volado entre contratante y contratado que no cesaba de masturbarse lanzando barro con ventilador a jueces y fiscales para luego escudarse en el derecho al silencio.
Este individuo en éxtasis, practicante intermitente de complejos DE SUPERIORIDAD (“El vicepresidente San Román se encargaba de prepararle el desayuno a Fujimori, pues el cerebro no le daba para más…) y DE INFERIORIDAD (“Me desempeñé como subordinado de Alberto Fujimori. Soy un agente de inteligencia en inactividad”), tuvo en sus manos un jamás esperado desenmascaro a Fujimori, o quizás coadyuvar a un acercamiento de la verdad, pero prefirió perpetuar esta litis con los ya conocidos ribetes circenses.
La mafiosa sociedad continúa y todo hace indicar que pese a que sus fundadores morirán tras circos y rejas, dicha maraña, deprimente celebridad política de nuestra historia, dejará en bufalillos y topillos su oscuro legado. Sólo esperemos tener olfato para que nunca más toleremos que nos gobiernen con políticas maquiavélicas o mefistofélicas como la expuesta: “Por razones de Estado sí se pueden cometer delitos.”.
1 comentario:
Es posible que estemos al borde de una barbarie de ambos lados, pues FUJIMORI, ALAN, VLADIMIRO y MARTIN RIVAS son los primeros 4 JINETES DEL APOCALIPSIS, es posible que aparezcan otros, pero NO HAY MAL QUE DURE 100 AÑOS NI CUERPO QUE LO RESISTA...así que hay que guardar hígado y pan para Mayo.
Publicar un comentario